Acabo de ver un comercial de televisión producido por el ministerio chileno de la mujer, el cual forma parte de una campaña que busca sensibilizar tanto a las víctimas como a los perpetradores de violencia contra la pareja.
Hay muchos que al leer estas líneas saltarán diciendo que la violencia contra las mujeres no se equipara a la violencia contra los hombres ejercidas por sus parejas, femeninas. A propósito de este tema la OMS (1) resalta que "aunque las mujeres pueden agredir a sus parejas masculinas, y la violencia también se da a veces en las parejas del mismo sexo, la violencia en la pareja es soportada en proporción abrumadora por las mujeres e infligida por los hombres".
Hurtado (2) en un estudio con grupos focales y entrevistas semi-estructuradas en hombres de Lima Metropolitana encontró que en hombres de hasta 20 años la violencia del hombre hacia la mujer era considerada como “normal”.
En la consulta diaria vemos continuamente casos de violencia familiar, donde el perpetrador generalmente es el hombre. Ayer veía una mujer maltratada tanto física como psicológicamente por la pareja por muchos años y la consecuencia era una depresión, así como la impotencia de la mujer que, a su vez, maltrataba a su hijo menor, es decir todo un círculo vicioso.
Las referencias citadas deben servir para aplicar programas educativos desde la escuela. Los programas deben ser mesurados, con información actualizada y mostrando este fenómeno como parte de un sistema violento. No estoy de acuerdo con el grupo de feministas a ultranza, ya que los extremos suelen ser perjudiciales.
En sintonía con la formación sistémica que estoy llevando con algunos colegas, la violencia, la mayoría de veces, pasa de generación en generación y no se trata de buscar un culpable, sino de adecuar a ese individuo violento a su entorno. ¿Sabemos si estos maltratadores sufren algún trastorno mental? Posiblemente sí, la detección de la violencia y la evaluación tanto de las víctimas como de los victimarios deberían ser los primeros pasos.
Los dejo con el video que identifica a la campaña: "Maricón es el que maltrata a una mujer". ¿Con cuántos maricones nos encontramos a diario?
(1) Organización Mundial de la Salud. Informe mundial sobre la violencia y la salud. Organización Panamericana de la Salud Oficina Regional para las Américas de la Organización Mundial de la Salud. Washington, D.C., 2003.
(2)Hurtado R. Caracol de Piedra. Fragilidad vs fortaleza: Aproximaciones al doble discurso de los hombres en Lima Metropolitana. Instituto Peruana de Paternidad Responsable. Lima, 2009.
Para los que aún no han llenado la encuesta no se olviden:Hay muchos que al leer estas líneas saltarán diciendo que la violencia contra las mujeres no se equipara a la violencia contra los hombres ejercidas por sus parejas, femeninas. A propósito de este tema la OMS (1) resalta que "aunque las mujeres pueden agredir a sus parejas masculinas, y la violencia también se da a veces en las parejas del mismo sexo, la violencia en la pareja es soportada en proporción abrumadora por las mujeres e infligida por los hombres".
Hurtado (2) en un estudio con grupos focales y entrevistas semi-estructuradas en hombres de Lima Metropolitana encontró que en hombres de hasta 20 años la violencia del hombre hacia la mujer era considerada como “normal”.
En la consulta diaria vemos continuamente casos de violencia familiar, donde el perpetrador generalmente es el hombre. Ayer veía una mujer maltratada tanto física como psicológicamente por la pareja por muchos años y la consecuencia era una depresión, así como la impotencia de la mujer que, a su vez, maltrataba a su hijo menor, es decir todo un círculo vicioso.
Las referencias citadas deben servir para aplicar programas educativos desde la escuela. Los programas deben ser mesurados, con información actualizada y mostrando este fenómeno como parte de un sistema violento. No estoy de acuerdo con el grupo de feministas a ultranza, ya que los extremos suelen ser perjudiciales.
En sintonía con la formación sistémica que estoy llevando con algunos colegas, la violencia, la mayoría de veces, pasa de generación en generación y no se trata de buscar un culpable, sino de adecuar a ese individuo violento a su entorno. ¿Sabemos si estos maltratadores sufren algún trastorno mental? Posiblemente sí, la detección de la violencia y la evaluación tanto de las víctimas como de los victimarios deberían ser los primeros pasos.
Los dejo con el video que identifica a la campaña: "Maricón es el que maltrata a una mujer". ¿Con cuántos maricones nos encontramos a diario?
(1) Organización Mundial de la Salud. Informe mundial sobre la violencia y la salud. Organización Panamericana de la Salud Oficina Regional para las Américas de la Organización Mundial de la Salud. Washington, D.C., 2003.
(2)Hurtado R. Caracol de Piedra. Fragilidad vs fortaleza: Aproximaciones al doble discurso de los hombres en Lima Metropolitana. Instituto Peruana de Paternidad Responsable. Lima, 2009.