Revisando algunos resúmenes he encontrado algunos interesantes. En una de las primeras entradas del blog transcribía un artículo de Honorio Delgado “Personalidad y Delincuencia”. Esta entrada es un resumen del capítulo: Personalidades psicopáticas del libro de Kurt Schneider “Patopsicología Clínica”.
- Las personalidades psicopáticas son aquellas que sufren por su anormalidad o que debido a ella hacen sufrir a la sociedad.
- Las personalidades anormales son variantes congénitas, basadas las más de las veces en la disposición, ampliamente transformables sin embargo mediante el desarrollo y las oscilaciones de su fondo no vivenciable y, además por el destino, por vivencias en el sentido más amplio de este término.
1. Psicópatas hipertímicos
- Personalidades con estado de ánimo fundamentalmente alegre, temperamento vivo (sanguíneo) y una cierta actividad.
- No rara vez son bondadosos, dispuestos a ayudar; muchas veces son eficientes, capaces de rendimientos, pero carecen de firmeza y de profundidad, son poco dignos de confianza, sin sentido crítico, descuidados, fáciles de influenciar.
- Muestran un ingenuo sentimiento de suficiencia y son, en absoluto, optimistas orientados hacia lo inmediato y lo real.
- Junto a estos hipertímicos más equilibrados, existen también hipertímicos agitados, excitados, sin estado de ánimo fundamentalmente alegre.
- Los hipertímicos son especialmente incluibles dentro del círculo psicopático en calidad de hipertímicos pendencieros o como hipertímicos impulsivos. Se comprende que debido a su temperamento vivo y su elevado sentimiento de suficiencia incurran fácilmente en querellas.
- Los buenos principios son rápidamente olvidados y las malas experiencias son vividas de un modo superficial.
2. Psicópatas depresivos
- Sufren bajo un estado de ánimo más o menos deprimido, bajo una concepción pesimista, o por lo menos escéptica de la vida.
- En todo se ve el lado malo, nada aparece límpido, todo se ve como estropeado por algo. Las cavilaciones impiden el cumplimiento de los deberes cotidianos, y no cesan jamás: preocupaciones de todo género, autorreproches, dudas acerca del valor, del sentido de la existencia.
- Las experiencias penosas son vividas de un modo profundo y persistente y conducen a crisis; por otra parte, las auténticas necesidades liberan a veces de los sufrimientos.
- No les alegra ningún éxito y todo reposo trae consigo el peligro de la irrupción de los fantasmas reprimidos.
- Existen variantes melancólicas, personalidades blandas, bondadosas y al mismo tiempo tímidas y fáciles de desanimar, y variantes más bien malhumoradas: frías, gruñonas, obstinadas, desconfiadas, irritables, criticonas; también existen depresivos malvados, que se complacen en hacer daño.
3. Psicópatas inseguros de sí mismo
- Son ligeramente depresivos, mas, sin embargo, la inseguridad vital de los depresivos no es necesariamente una inseguridad de sí mismo. Nos referimos a aquellas personas con íntima inseguridad y con deficiente confianza en sí mismas.
- La falta de libertad interior y la timidez de los inseguros de sí mismos se halla en ocasiones rígidamente compensada hacia el exterior mediante una apariencia demasiado segura, incluso arrogante, o también mediante un aspecto llamativo: no se quiere pasar desapercibido.
- Están siempre pugnando con remordimientos y escrúpulos de conciencia, y de todo cuanto fracasa se achacan en primer lugar a sí mismos.
- Sobre el terreno constituido por estas personalidades surgen las obsesiones. Es preferible hablar de psicópatas anancásticos u obsesivos en lugar de hablar de neuróticos obsesivos.
- Las ideas obsesivas surgen muchas veces con la brusquedad del rayo, con frecuencia son desencadenadas por una determinada palabra o frase, y no raramente acompañan sensaciones corporales (vértigo, palpitaciones) a la angustia que se apodera del sujeto.
- Las ideas obsesivas desvalorizan y se enseñorean frecuentemente incluso de aquello que por su contenido les es completamente extraño, que no se halla en absoluto relacionado con ellas y que no les corresponde en modo alguno.
- Si una nueva obsesión llega a alcanzar la primacía, las más de las veces ha desaparecido ya la anterior y el sujeto se sonríe ahora del contenido de ésta con un aire completamente crítico, pero la vieja obsesión puede retornar de pronto, y entonces desaparece la nueva.
- La angustia ante la posibilidad de que pueda surgir una obsesión para no desaparecer ya en mucho tiempo constituye en una obsesión. Esto hace que se adopten todo género de medidas de precaución y defensa, que muchas veces resultan incomprensibles y extrañas para el no iniciado.
- El sujeto extremadamente inseguro de sí mismo no goza en absoluto de la vida y, sin embargo, se ve constantemente asaltado por remordimientos de conciencia.
- Viven en un constante temor de haber descuidado algo o de haber realizado algo mal, o también de que suceda algo en general.
4. Psicópatas fanáticos
- Hay sentimientos sobrevalorados, de índole personal o ideativa, y ciertamente constituye el fanático propiamente dicho una personalidad marcadamente activa y expansiva.
- El fanático personal, como sucede con el querulante, lucha por su derecho real o supuesto.
- El fanático idealista lucha o realiza manifestaciones a favor de su programa. Existen también fanáticos silenciosos, excéntricos, vueltos de espalda a la realidad, puramente fantaseadores, de natural poco o nada combativo, como sucede con algunos adeptos a sectas y los denominamos fanáticos pacíficos.
- Tienen interés psiquiátrico como querulantes y en especial como querulantes de renta, los fanáticos expansivos. A veces surgen también en ellos desarrollos paranoides, que ya no cabe confundir con lo que corrientemente se designa como desconfianza y que pueden tener, por ejemplo, un contenido de celos.
5. Psicópatas necesitados de estimación
- Personalidades que desean aparentar más de lo que son, lo cual caracterizaba para Jaspers la esencia de lo histérico.
- La necesidad de estimación puede en parte mostrarse mediante un modo de ser excéntrico; con el fin de atraer sobre sí la atención se asumen las opiniones y se realizan las cosas más extrañas y con frecuencia se procura también adoptar un aspecto exterior llamativo.
- Otra actitud posible es la autoalabanza y finalmente la de referir historias o representar escenas en que se realce la propia personalidad, para lo cual se requiere bastante más fantasía. Se trata en este caso de seudología fantástica, una denominación algo anticuada.
- La inautenticidad de estos caracteres dificulta una relación humana con los demás.
6. Psicópatas lábiles de ánimo
- Son gentes “lunáticas”, en las que de modo insospechable surgen oscilaciones de ánimo de índole irritable – depresivo. En muchas ocasiones resulta sumamente difícil asegurar si estos cambios de humor son reactivos.
- De tales cambios de humor surgen múltiples acciones impulsivas, tales como huídas, o excesos de bebida.
- A veces son designados los psicópatas lábiles de ánimo como “epileptoides”.
7. Psicópatas explosivos
- Son aquellas personas que estallan al menor pretexto, es decir gentes excitables hacia el exterior, irritables, que fácilmente montan en cólera.
- Cualquier palabra les hiere, y antes que su personalidad haya captado y valorado exactamente su peso y significación, surge un reaccionar en la forma explosiva de la respuesta insultante o del acto de violencia.
8. Psicópatas desalmados
- Son gentes que carece, o casi carecen, de compasión, vergüenza, sentido del honor, remordimientos, conciencia.
- Son con frecuencia de un modo de ser sombrío, frío, gruñón, y según sus actos, impulsivos, brutales, crueles.
- En modo alguno hablamos de “debilidad mental moral”, pues debilidad mental significa “defecto intelectual congénito”, y éste puede no hallarse presente, aun cuando muchas veces sucede así.
- Son fundamentalmente incorregibles o ineducables, ya que en los casos acentuados falta toda base sobre la que pudiera actuar una influencia constructiva.
- No debemos olvidar, al tratar de los criminales desalmados, que también existen desalmados absolutamente “sociales” y que “caminan sobre cadáveres”. La inteligencia es frecuentemente notable en estos casos.
9. Psicópatas abúlicos
- Se entregan sin resistencia alguna a todos los influjos.
- Son personas sugestionables, que en su mayoría son también fácilmente accesibles a las influencias de índole positiva, mas lo que mediante las buenas influencias se les proporciona no dura mucho.
- Son víctimas del primero con quien se tropiezan y les cuenta cualquier historia. Su aspecto social es el de la inestabilidad.
10. Psicópatas asténicos
- Distinguimos aquí dos subformas.
- La primera comprende a ciertos sujetos que se sienten psíquicamente insuficientes. Sus lamentaciones son de índole muy general: escasa capacidad de rendimiento, incapacidad para concentrarse, disminución de la memoria.
- Sufren vivencias de extrañamiento: todo el mundo perceptivo se les aparece lejano, irreal, falso.
- Con frecuencia cualquier cosa sin importancia los acobarda.
- La segunda subforma la constituyen aquellos sujetos que debido a motivos caracterológicos fracasan fácilmente en lo somático. Se quejan de rápida fatiga, de insomnio, cefaleas, trastornos cardíacos, vasculares, vesicales, menstruales y de otros muchos.
- Sería una anticipación injustificada atribuirlos a alteraciones del sistema nervioso, a labilidad vegetativa, a “neurastenia”, por lo cual será más prudente que hablemos de un modo menos definido de lábiles somáticos, de somatópatas.
- Dirigen de un modo habitual la atención sobre su cuerpo, y así sufren la función y el juego coordinado de los sistemas lejos del control de la conciencia.
- Resultan amplificadas y fijadas alteraciones funcionales que en efecto lo son.